martes, 9 de octubre de 2012

La máscara


Aparentar... quiero aparentar ser algo que no soy. Parece que es lo que se lleva.

Puedes ser distante y aparentar ser mimoso, puedes ser vulgar y aparentar ser diferente, puedes ser normal y aparentar ser algo grande... nunca es al revés.

Así todo funciona... todo el mundo te creerá. Y si alguien se da cuenta, qué mas da. O bien no dirá nada por prudencia, o quedará fatal echando por tierra la gran visión que tienen de tí.

Siempre he creído que lo importante es ser fiel a uno mismo, no caer en las apariencias y dejar que cada cual te juzgue como crea. Pero poco a poco me voy dando cuenta de que eso no es lo que vale. Lo que cuenta es lo que piensan, no lo que en verdad es... 




También importa difundir. Sí, soy bueno, yo lo sé, pero... ¿lo saben los demás? Cuenta contarlo todo. Cuenta ser extrovertido, optimista, caer bien a todo el mundo... cuenta ser divertido, aventurero, emprendedor... y contarlo. Todos tienen que saberlo. Si no lo saben, no lo eres...  No lo eres, lo aparentas y lo haces ver a los demás. Tan sencillo como eso.

Ante esta visión ¿qué hacer? ¿Seguir siendo como se es? ¿Seguir aparentando lo que quieran ver de cada  uno, o inventarse un yo alternativo que mostrar a los demás, aunque no tenga nada que ver con la realidad?

Ya elegí. Yo soy la que soy. Sin trampa ni cartón. Y quien quiera saber como es eso que me conozca. No se lo voy a decir... yo... 

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NO AL CIERRE DE WEBS

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